sábado, septiembre 13, 2014

Teresa Mira y el Niño Jesús de Praga


Jesús elige a los sencillos y humildes de corazón para darse a conocer, manifestando así su misericordia (Mt. 11,25-26). Teresa Mira, joven sencilla, a los 17 años conoce la devoción al Niño Jesús de Praga y forma parte de la cofradía de Novelda en España. Es ahí donde se inicia una amistad muy sólida entre la Hna. Teresa y el Niño Jesús, amistad que durará toda su existencia. Desde ese momento ella reflejará con plenitud el rostro de Jesús. Siendo un alma sencilla, supo descubrir en el Niño Jesús de Praga la fuente de su amor. Esta devoción marcará su vida, sin superficialidad, sino centrada en el misterio de Cristo.

               Ella acudió a Él en toda su vida, pues el Divino Niño fue su confidente, su amigo fiel y querido, su refugio. De religiosa querrá llamarse Teresa del Niño Jesús de Praga. Esta unión fue madurando a través del tiempo, donde Jesús le revelaba día a día lo que era vivir en la confianza, como un niño que se abandona en los brazos de su madre. Su relación no podía quedar sólo entre ella y su amado Niño, sino que la irradió con tal belleza y amor que todos los que se acercaban a ella sentían la ternura y comprensión necesaria, especialmente sus pequeños alumnos que la amaban, porque ella los educaba y trataba como los hubiera tratado Jesús; de esta forma daba testimonio de su devoción que, más que devoción podríamos decir con palabras de Santa Teresa de Jesús, era “trato de amistad”.
               Si tenemos un encuentro con la Venerable Hermana Teresa Mira García, nos sentiremos impulsados interiormente a su imitación, ya que es un ejemplo de sencillez, humildad y mansedumbre, todo esto embellecido por su pureza, su amor, su amabilidad, su sonrisa, su comprensión.

               Teresa Mira nos enseña a vivir muy cerca de Dios, a llevar su presencia, a contar siempre con Él, como decía a su hermana: “Permanezcamos las dos juntitas a los pies de Jesús y no temamos, que Él cuidará de nosotras”. Que ella nos ayude a ser testigos y apóstoles, viviendo en el abandono, confianza y alegría de servir en todos los acontecimientos, aún en los más contradictorios, sobre todo en el ser y hacer sencillo de cada día.
                                                                                                                                                                       Formandas de México

                                                                                          Hoja Palautiana 2005