lunes, enero 19, 2015

"Le pusimos margaritas a la Virgen"



                                                         “Prometí a la Hna. Teresa que si todo salía bien, la colocaría en un lugar destacado de la Residencia”
                                                                    Salvador Aymamí Miralles 

                  
En la entrada de la Residencia de las Borges del Camp (Tarragona) se halla este hermoso cuadro de la Hna. Teresa Mira García, cmt. Tiene una historia muy bonita y providencial, como todo lo que toca la Hna. Teresa, sin duda ninguna ella ha sido la protagonista y la que ha enderezado los caminos para quedarse en la Residencia acompañando a los ancianos y a sus hermanas Carmelitas Misioneras Teresianas que allí residen

Dejemos al mismo Salvador Aymamí Miralles, que nos relate los hechos, tal como él los vivió: (La historia de la Residencia hasta su inauguración, que tuvo lugar, con gran alegría de todo el pueblo de Les Borges del Camp, el 28.09.1991.se halla descrita en el libro “La Hermana Teresa Mira y la Residencia de les Borges del Camp, Vivencia de AYMANI MIRALLES  Salvador. Febrero 2014, Rabasa Artes Gráficas, Reus,  

"...Viendo que ya todo terminaba de la mejor manera, gracias a la Hna. Teresa, como le había prometido ponerla en un lugar privilegiado de la flamante residencia le dije: “Ya me dirás dónde te pongo” No veía claro si tenía que hacer una imagen de mármol para el jardín o alguna otra cosa....


Un día bajando por la calle Barcelona de Salou, un semáforo en rojo me obligó a parar el coche delante de una galería de arte donde en aquellos días se exponían pinturas de retratos. Sin pensarlo dos veces aparco el coche y entro. Me dije: “Esto vuelve a ser obra de la Hna. Teresa, ella me ha enviado aquí, así que ¡adelante!”. Pregunté a una señora por el pintor, la cual resultó ser su esposa. Me indicó quien era y me presentó haciéndole el comentario de que tenía un encargo para él. Me dio su tarjeta sin dar más importancia al asunto y me dijo que cuando quisiera pasase por su estudio y hablaríamos del tema.
No miré ni busqué nada más; sabía que era la persona adecuada para realizar mi encargo.

Pasó algún tiempo, no demasiado, y un buen día me presenté en el estudio del pintor. Este me dijo “Ud. dirá” Y le expliqué que tenía que pintarme a una religiosa. Preguntándome dónde estaba le respondí que estaba muerta. El me respondió que lo sentía pero que no pintaba a personas con las que no podía hablar ni ver, ni tener una foto actual en color, etc. Acabó diciéndome: “Señor, lo siento, pero no se lo puedo hacer, no puedo aventurarme a pintar una obra de las dimensiones que me dice en esas condiciones”. Continué insistiendo: “Puedo traerle fotos en blanco y negro., algunos libros que hablan de ella…” La negativa fue rotunda; él se sentía incómodo y sin ganas de realizar el encargo. Me marché algo encogido.

Me puse a hablar con la Hna. Teresa y le dije: “Hermana Teresa, haz que se lo mire con un poco de ilusión. Ya sé que tú eres muy humilde y quizás no quieres este honor, pero tenemos muy poca cosa de tu persona y de esta manera tú estarías un poco más entre nosotros”.

La segunda vez que insistí al pintor me aceptó un libro  “Le pusimos margaritas a la Virgen” de,  GIL DE MURO, Eduardo, sobre la Hna. Teresa,  y unas fotos en blanco y negro, pero continuaba con su escepticismo.

Al cabo de unos días volví a probar suerte. Me presenté en casa del pintor y me hizo pasar a su estudio y encendiendo la luz me dijo:  “Ya está pintada”. Y prosiguió: “Alguien me ha llevado la mano y me ha guiado, he pintado día y noche” Normalmente los pintores no lo hacen así. Y continuó explicando: “Tampoco los colores los escogía yo, mi mano escogía el color adecuado”. Estoy completamente impresionado. “Quería hacer un borrador en un papel de hacer paquetes y no pude parar hasta que terminé. El papel no estaba ni mucho menos preparado, y ahora tendré que hacer la preparación después de realizar la pintura. Ni siquiera la calidad del papel es la adecuada. Yo solo pretendía hacer un esbozo”.

Mi alegría al ver el precioso cuadro fue inmensa, la miraba y me emocionaba. Además la sencillez de la Hna. Teresa se reflejaba en el papel de empaquetar, quería un cuadro sencillo pero a la vez bonito… y se salió con la suya.

El cuadro es una pintura en pastel, titulado: “Le pusimos margaritas a la Virgen”,  mide 1,80 x 0,97 y el pintor se llama Luis Herranz Zabal.  Pintó el cuadro en su estudio de Salou, Tarragona.

detalle: medio cuerpo
Es la historia del cuadro que tenemos y podemos contemplar en la entrada de la Residencia.


detalle: rostro 

detalle: margaritas